MÉXICO ANTE EL DESAFÍO DE ALCANZAR EL TRABAJO DECENTE Y EL CRECIMIENTO INCLUSIVO
- By: Inclusión
En México, como en muchos otros países, el camino hacia el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 8, que promueve el crecimiento económico sostenido, inclusivo y el trabajo decente para todos, aún presenta grandes desafíos. A pesar de los esfuerzos, persisten la brecha salarial de género, el desempleo elevado y los déficits significativos en materia de trabajo decente, afectando desproporcionadamente a mujeres, jóvenes y personas con discapacidad.
Este grupo en particular enfrenta obstáculos notables para acceder a empleos que no solo sean inclusivos sino también equitativos. Las estadísticas muestran que las personas con discapacidad están entre las más afectadas por políticas de empleo que no logran integrar plenamente la diversidad de la sociedad en el mercado laboral.
El ODS 8 no solo abarca la dimensión económica del desarrollo, sino que también incide profundamente en la social y la ambiental. La interrelación entre este objetivo y otros ODS es crucial para fomentar un entorno que favorezca el crecimiento económico inclusivo. Se requiere un enfoque holístico que contemple la transformación estructural de la economía a través de la diversificación e innovación, y que al mismo tiempo potencie el conocimiento y las habilidades de toda la población.
El crecimiento no será sostenible si se basa meramente en demanda cíclica o en la exportación de recursos naturales sin una transformación que promueva la productividad y el empleo de calidad. Por ello, es fundamental avanzar simultáneamente en varios frentes: mejorar la infraestructura (ODS 9), asegurar el suministro de energía (ODS 7), fortalecer la protección social (ODS 1), mejorar la educación (ODS 4), empoderar a las mujeres (ODS 5), y promover instituciones sólidas (ODS 16).
El avance hacia el trabajo decente es tanto un resultado deseado como un motor esencial para un crecimiento inclusivo que beneficie a todos los sectores de la sociedad, garantizando que cada individuo pueda participar activamente en la economía y disfrutar de los frutos del progreso. Este enfoque centrado en el ser humano es crucial para garantizar que las mejoras en la productividad se traduzcan en mayores ingresos y mejores condiciones laborales para todos, aumentando la diversidad y la riqueza de la base de conocimientos de la economía.
El reto para México es claro: adoptar políticas y estrategias que no solo respondan a las necesidades económicas inmediatas, sino que también construyan las bases para un futuro más justo e inclusivo