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NEUROCIENCIA Y DERECHO PENAL: UN CAMBIO NECESARIO PARA EL SISTEMA PENITENCIARIO MEXICANO

  • By: Inclusión
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En los últimos años, los avances en la neurociencia han generado un impacto significativo en diversas disciplinas, incluido el derecho penal. El artículo "Los inimputables y el sistema penitenciario mexicano" de Abigail Gaytán Martínez, docente investigadora de la Universidad Autónoma de Zacatecas, analiza cómo estos avances pueden influir en la concepción tradicional de la culpabilidad y la libertad de voluntad en el sistema penitenciario mexicano.

El desafío de la neurociencia al derecho penal

La neurociencia, mediante el estudio del cerebro humano, ha cuestionado la existencia del libre albedrío, sugiriendo que nuestras decisiones podrían estar predeterminadas por procesos neuronales. Este enfoque desafía la base filosófica del derecho penal, que se fundamenta en la capacidad del individuo para actuar con libertad y ser responsable de sus actos.

Diversos neurobiólogos han argumentado que la libertad de voluntad es una ilusión y que las acciones humanas están determinadas por factores biológicos. Esto implica que la culpabilidad y el reproche penal podrían carecer de fundamento, cuestionando así la legitimidad del sistema penal tradicional. En este sentido, el artículo explora la posibilidad de que la incorporación de los hallazgos neurocientíficos al derecho penal podría llevar a cambios significativos, especialmente en los casos de inimputabilidad y semiimputabilidad.

La realidad penitenciaria en México

El sistema penitenciario mexicano enfrenta múltiples desafíos en la atención de personas inimputables, es decir, aquellas que, debido a una anomalía o alteración psíquica, no pueden ser consideradas responsables de sus actos. Históricamente, la legislación penal mexicana ha reconocido la necesidad de tratar a estas personas en instituciones adecuadas. Sin embargo, la realidad muestra un incumplimiento sistemático de estas normas.

Informes y recomendaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) han señalado la falta de atención adecuada para los internos con trastornos mentales. Desde la década de 1990, diversas recomendaciones han instado a las autoridades a trasladar a los inimputables a instituciones especializadas, asegurar su tratamiento médico y psicológico, y mejorar las condiciones de los centros penitenciarios.

A pesar de estas recomendaciones, los informes indican que la mayoría de las cárceles mexicanas carecen de los recursos necesarios para atender adecuadamente a esta población. La falta de personal especializado, medicamentos y programas de rehabilitación sigue siendo una constante, lo que agrava la situación de los internos con trastornos mentales.

El impacto de los avances neurocientíficos

El artículo de Gaytán Martínez sugiere que los avances en neurociencia podrían ampliar los casos de inimputabilidad y semiimputabilidad, reconociendo que muchas conductas delictivas podrían deberse a déficits cerebrales. Sin embargo, la implementación de estos conocimientos en el sistema penal mexicano enfrenta obstáculos significativos.

Aunque la Ley Nacional de Ejecución Penal de 2016 establece la necesidad de separar a los inimputables de la población penitenciaria general y garantizar su tratamiento en instituciones de salud, la falta de infraestructura y recursos sigue siendo un problema. Actualmente, solo existen dos centros de rehabilitación psicosocial en el país, uno en la Ciudad de México y otro a nivel federal, lo que es insuficiente para atender la demanda.

El artículo destaca la necesidad de una reforma profunda en el sistema penitenciario mexicano para incorporar los avances de la neurociencia y garantizar un tratamiento justo y humanitario para las personas inimputables. La neurociencia ofrece una oportunidad para reexaminar y mejorar las prácticas penales, asegurando que se respeten los derechos humanos y se proporcione una atención adecuada a quienes más lo necesitan. Sin embargo, para que estos cambios se materialicen, es esencial una mayor inversión en recursos y una verdadera voluntad política para transformar el sistema penal mexicano

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