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EL ALZHEIMER: UN LLAMADO A LA REFLEXIÓN COLECTIVA

  • By: Inclusión
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El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a millones de personas en todo el mundo y representa un desafío significativo para las sociedades contemporáneas. Con el aumento de la esperanza de vida, las enfermedades asociadas al envejecimiento, como el Alzheimer, se están volviendo cada vez más comunes. Esta enfermedad no solo afecta a quienes la padecen, sino también a sus familias y a la sociedad en su conjunto.

El Alzheimer, la causa más común de demencia, se caracteriza por la pérdida progresiva de la memoria y otras funciones cognitivas. Aunque la prevalencia de la demencia es aproximadamente del 5% entre las personas mayores de 65 años, las personas con síndrome de Down tienen un riesgo significativamente mayor. Alrededor del 25% de los adultos con síndrome de Down mayores de 40 años y el 65% de los mayores de 60 años presentan Alzheimer. Este vínculo se debe a la presencia de tres copias del cromosoma 21, que incluye un gen asociado con la producción de placas amiloides en el cerebro.

El diagnóstico del Alzheimer en personas con discapacidades intelectuales presenta desafíos únicos. Las pruebas estándar pueden no ser adecuadas para evaluar a estos individuos, especialmente aquellos con limitaciones graves en sus funciones intelectuales. Por ello, es crucial realizar evaluaciones exhaustivas físicas, médicas, neurológicas y de laboratorio, complementadas con estudios cognitivos detallados. Es importante considerar la historia de vida y las capacidades previas del individuo para identificar cambios significativos que puedan indicar la presencia de demencia.

El impacto del Alzheimer en las personas con síndrome de Down puede variar ampliamente. En la fase temprana de la enfermedad, los síntomas pueden no incluir pérdida de memoria, y pueden observarse cambios en la vida diaria y los hábitos de trabajo. La duración de la enfermedad suele ser de unos ocho años, pero puede variar entre uno y veinte años. La enfermedad generalmente se desarrolla a los 50 años, con la muerte ocurriendo en promedio a los 58 años.

La atención y los servicios para personas con Alzheimer y discapacidades intelectuales deben centrarse en sus necesidades individuales. Es fundamental que las decisiones se basen en las capacidades, habilidades y deseos de cada persona, involucrando a sus familiares y amigos cercanos en el proceso. Los principios de Edimburgo, adoptados por la Asociación Internacional para el Estudio Científico de las Discapacidades Intelectuales (IASSID) y Alzheimer’s Disease International, promueven esta planificación centrada en el individuo.

Las personas con demencia pueden seguir viviendo en la comunidad si reciben el apoyo adecuado. Los servicios de asistencia en el hogar, así como los programas de actividad diurna, son esenciales para mantener la calidad de vida y proporcionar la supervisión necesaria. Estos servicios pueden retrasar o reducir la necesidad de internar a los pacientes en instituciones de cuidado intensivo.

La creciente prevalencia del Alzheimer requiere una respuesta colectiva y concertada. Es imperativo que las sociedades inviertan en investigación, educación y servicios de apoyo para enfrentar este desafío de salud pública. Además, es fundamental fomentar la conciencia sobre la enfermedad y sus impactos para reducir el estigma y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.

En México y América Latina, donde los sistemas de salud a menudo enfrentan limitaciones, es vital que los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y las comunidades trabajen juntos para desarrollar estrategias efectivas que aborden las necesidades de las personas con Alzheimer y otras formas de demencia. La cooperación internacional y el intercambio de conocimientos pueden jugar un papel crucial en la mejora de las prácticas y políticas de atención.

El Alzheimer nos desafía a todos a ser más compasivos, informados y proactivos en la creación de una sociedad que valore y apoye a sus miembros más vulnerables. La reflexión colectiva y el conocimiento sobre esta enfermedad son pasos esenciales hacia un futuro donde todas las personas puedan vivir con dignidad y cuidado



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